martes, 25 de marzo de 2025

Quizás sea tu amor

Tus ojos ya no tienen tu mirada.
Tus manos ya no tienen más caricias.
Tus oídos ya no guardan mis secretos.
Y tu lengua ya no le habla a mi sonrisa.

Y yo…
Yo no sé quien soy.
Solo sé que siento algo en el pecho,
Es como un animal que me parasita.
Se alimenta de mi llanto y de todo lo que no te digo.

Es un reptil, o un pulpo, o cangrejo,
No sé,
Pero es negro y se aferra a mis pulmones

Asfixia,
Muerde mi tráquea,
Ahoga,
Me duele, me lastima…

Quizás sea tu amor,
Yo siempre fui egoísta y quise todo sólo para mí.

Si, todo el amor que hoy me negás esta encerrado acá,
Que crezca…
Que estallé mi pecho y desangre toda la gangrena que supe crear,
Que me limpie de los celos, la ira y la furia…

Yo sé que este dolor cesará cuando me desintegre tu amor infinito,
Y ese pulpo, reptil y/o cangrejo solo va salir
Para abrazar los restos del que fui,

Si no te perdí.
Si no me dejaste ir.

Que lindo es esperar la muerte,
La muerte que me dará tu amor enorme,

Que lindo…
Si, era esto lo que tanto dolía…


My fucking prince

Mirarte fijamente y aguantarme las ganas de besarte... puedo hacerlo

¿Un abrazo?, ¿un saludo cordial?... puedo concebirlo.

Y quizás no haga cosas tan puntillosas, ni tan perfectas
Pero puedo hacer muchas de ellas.

Charlarte hasta que te duermas... me gustaría hacerlo

Sentir tu aliento y reírme con tu sonrisa como si fuera un idiota...
Inventar una charla estúpida por teléfono solo para hablarte de nuevo, soñar con encontrarte de nuevo.

Mirar tu foto y perderme en tu mirada. Sentir como se eriza cada centímetro de mi cuerpo. Esperar para verte de nuevo. Esperarte de nuevo.

Y ser cursi, y francamente frío, tan ampliamente amplio, y severamente conservador. Tan cálido y tan tími
do, claro, eternamente contradictorio.

Rápidamente rompes mis esquemas y te burlas de mis estereotipos de hombre ideal.
No eres como soñaba, ni como quería, o como deseaba. Pero de pronto sos todo lo que quiero.

Me relajo y me convenzo. Me avergüenzo, como un zanguango que se zafa de su zona segura, y zarpa a otros rumbos, y te veo lejos, arriba de zancos, y zurcís la zanja que yace en mis hombros.

Tan convincente que te creo. Y quizás nos vimos una vez, o dos, pero sin embargo suelo divagar entre pensamientos, a la noche, o a cualquier hora del día.

Y la comisura se mordisquea sola.

Y quizás nos vimos una vez, o dos, pero me gustaría verte unas cuantas veces más, para mostrarte cuantas cosas puedo hacer... Y quizás no haga cosas tan puntillosas, ni tan perfectas, pero puedo...