Lo bueno, lo malo, lo viejo, lo nuevo, él, ella, yo y algunos más…
Hoy es uno de esos días donde no sé ni porque me pongo a llorar.
Lo cierto es que vivo lleno de incertidumbre. Cada día me hago más preguntas, y siento que necesito obtener algunas respuestas. Ha crecido en mí el deseo de descubrir lo que hay allá afuera, fuera de mí. Y ese deseo se está convirtiendo en una obsesión. Desde aquí escucho su rugido misterioso; cuando subo al techo de mi casa, a solas con la noche, el frío de este abril me envuelve. Me come el alma.
No sé como decirlo, entonces me quedo callado.
Todo se hace difícil y confuso. Me siento solo aún rodeado de una multitud. Necesito un abrazo muy fuerte de alguien que esta muy lejos. Necesito un hombro en quien apoyarme y un beso que calme la tormenta. El huracán va por dentro.
Vos no ves la realidad. Mi coraza es muy gruesa y mi máscara es infranqueable. Yo no quiero ser así. No elegí ser así.
Mirá a través de mis ojos. Escarbá hasta el alma. Percátate de que estoy en crisis. Detente a observarme más allá del punto fijo. No pido algo imposible solo espero cada día por aquello que me prometieron, cada amanecer de mi vida, desde hace años. Todavía creo que un día de estos, en una semana cualquiera, va a aparecer en el horizonte de mi alma y venir a mi casa, sin que siquiera lo haya invitado.