lunes, 13 de noviembre de 2017

Vos me amas, crees que no me amas

No sé por dónde empezar...
Por primera vez las ideas no se acomodan...

Me enamoré de él de otra manera: por lo que me prometió, y por lo que yo quise creer.
Por lo que fuimos, y no por lo que somos, y menos aún por lo que nunca seremos.

La distancia es un catalizador; que todo lo exacerba, lo distorsiona, lo aumenta, lo manipula, la maquilla.

Borré cada whatsapp de estos últimos 3 años, cada foto y cada sms... y lloré con cada click.
Ahora le cuesta horrores responder un mensaje. Cambio de número, y no atiende, y no llama. Pensar que antes nos pasábamos horas hablando por teléfono y diciéndonos te quiero 24 veces al día

Lo miro, pero ya no lo veo. No lo reconozco y me pierdo.
Me pierdo en sus ojitos mirándome fijo, aquella mañana de mayo.
Me aferro a su mano llevándome por buenos aires, y a su piel, y a sus labios y al perfume que dejaba en el aire.

Me cuesta horrores dejarlo ir, aún sabiendo que el ya dio 200 pasos lejos de mi, en otra dirección. Y que mira lejos, y que mira a otros, y que ya no sé si me ve.
Estas paredes encierran momentos, todos los que empezó a gozar sin mi.
Y busca casa lejos, y tiene amigos nuevos y un plan que no me incluye (o quizá nunca me incluyó). Quizá no noté la diferencia entre la necesidad y el deseo. O su necesidad le ganó a mi deseo. Y ahora yo elijo y él no me necesita.

Yo quería creer, aunque quizá no estábamos listos.
Ojal+a me hubiese tragado todo mi orgullo, y mi bronca, y los celos. Ojalá no hubiera escuchado a todos esos fantasmas que me gritaban por la calle.

Me jugué por lo que quería. Y no me arrepiento, porque es la única manera en que sé hacer las cosas. Decirle "te amo" no tenía precio.
Dí todo, porque es la única forma en que sé querer.

Todavía me despierto a las 5:30 de la mañana, y lo busco en la cama, ya no lo veo llegar.

Y dicen que ando dando lástima, pero me mordí la lengua tantas veces y me banqué el nudo en la garganta. Y ahora "confundo las cosas", pero eran tan claras hasta hace unos días. Y según él "me gusta que me maltrate", pero en realidad me gusta que demuestre algún sentimiento, que no sea tan frío, que no esté todo tan muerto...

Inmaduro, infantil, caprichoso, dramático, chaqueño...

El aire se llena de silencio, y de humo, y de alcohol. De palabras rotas y de mentiras. De Mi, de Vos, pero no de Nosotros.

Quiero ser fuerte, quiero poder. Pero no puedo.

"Vos no me amas, crees que me amas"
Y hasta se da el lujo de poner en duda mis sentimientos.

Déjame entonces dudar a mi también. Por primera vez en meses, déjame no creerte una sola palabra. Tener la certeza de que es mentira todo lo que me dijiste, y todo lo que decís. Que actuás mejor que yo. Que la careteas. Que haces lo contrario a lo que sentís, vaya a saber uno porque maldita razón del destino.

Déjame engañarme




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