Vení, cerrá los ojos y encerrate ahí adentro conmigo ¿podés ver? Cuando hace calor andamos descalzos y cuando llueve hacemos café. Y cuando llega la noche y te da hambre yo te preparo un sándwich de atún.
Ahí también está la mesa del comedor llena de tus notas y mis libros. El sillón donde a veces nos dormirnos y donde a veces hacemos el amor. Y el baño que huele a pradera y a veces a tu loción.
Había uno o dos besos en la puerta para cuando volvía del trabajo y una caricia para mí espalda, destinada para esos días en que se cargan las tareas y las horas extras laburando.
Están tus ojos cerrados para las madrugadas en que no puedo dormir y entonces te miro e imagino lo que sueñas.
Mira también los atardeceres que se ponen en nuestras sombras al pasar un domingo sin aburrirnos y sin tener odio por un lunes que ya no nos separará, sino que nos regala más motivos para celebrar más días juntos.
Quiero una casita para nosotros, para no huir, para susurrarte al llegar la noche que me quiero morir en vos. Una casita que sea mi hogar y vos que seas mi hoguera.
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