Cómo un río de montaña que baja impetuoso y se abre camino entre valles fué el final. Comenzó como un hilo helado, en un día de enero para variar.
Las rocas están afiladas y dejaron sus marcas, como todo lo eventual que también nos marca.
Nadie espera un diagnóstico letal, pero a veces viene. Nadie quiere llegar a los finales, pero sabe que existen. La vida es solo una cara de la moneda. Ser un iceberg que muere en primavera no tiene por qué ser el último destino. Hay un ciclo que no se puede detener.
Las gotas de agua llegan desde lejos y se condensan en altura. Los picos se ciernen de blanco, solo para comenzarse a derretir.
¿Cuando partís existe realmente un rumbo o seguís improvisando?
Dicen que este invierno puede durar muchos años. Y la noche es larga, y en la oscuridad hay más recuerdos lindos que feos. Pero en la oscuridad cualquier recuerdo te puede lastimar.
Si me dejó llevar por el cause del río quien sabe dónde pueda acabar.
sábado, 17 de abril de 2021
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario