martes, 29 de marzo de 2016

Del caos mental a la esperanza

Ya no me pasa nada al mirar su foto.
No recuerdo el tono de su voz.
Lo eliminé, de una vez y para siempre de msn.
Los recuerdos vividos juntos son sólo eso… recuerdos.
Al cruzar a su lado puedo ignorarlo (ahora si, sin hacer el mínimo esfuerzo)
Cuando me manda un mensaje el corazón ya no se me acelera, ni me traspiran las manos
Ya no lo reconozco cuando está de espaldas, no puedo encontrarlo en medio de la multitud.
Su presencia o ausencia no genera en mí mayores cambios
No me interesa verlo. Aunque sea, por ahora, una causalidad inevitable

Alguien más está en mi cabeza ahora.

Ahora sonrío silenciosamente, y recuerdo todo lo que viví, todo lo que lloré, todo lo que perdí por llegar hasta acá… Ahora tengo nuevos desafíos y otros sueños, que capáz no se ajustan demasiado al plan original. A más de uno no le van a gustar, y por más de una razón eso me sienta bien.

Quiero gritarlo: algo bueno está por suceder


“Mamá: acabo de matar a un hombre. Puse una pistola en su cabeza, apreté el gatillo, ahora él está muerto. Mamá, la vida acaba de empezar. Pero ahora tengo que irme y dejarlo todo…”

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