Algunas noches me pongo mi chaleco de lentejuelas e imagino que el tiempo no ha pasado. Imagino que nada a cambiado. Sueño que soy tu arlequín y que te digo más con mis silencios que con mil palabras. Te hago bailar al ritmo de mi coreografía y te enseño a reír y a llorar sin orden de consecución.
Recuerdo todos los buenos momentos; cada sonrisa y cada lágrima.
Recuerdo las cosas que soñábamos juntos y las promesas que nos hacíamos en lo oculto.
Y recuerdo como me amabas, y también recuerdo como te amé.
Y hoy, justo después de que la gran tormenta ha comenzado y que la lluvia no me permite ver más allá de mis propias narices, te veo como lo más hermoso que la vida me ha regalado.
Ojalá entiendas mis palabras y también algún día llegues a entender cada uno de mis silencios.
...Este cuento se terminó...
Recuerdo todos los buenos momentos; cada sonrisa y cada lágrima.
Recuerdo las cosas que soñábamos juntos y las promesas que nos hacíamos en lo oculto.
Y recuerdo como me amabas, y también recuerdo como te amé.
Y hoy, justo después de que la gran tormenta ha comenzado y que la lluvia no me permite ver más allá de mis propias narices, te veo como lo más hermoso que la vida me ha regalado.
Ojalá entiendas mis palabras y también algún día llegues a entender cada uno de mis silencios.
...Este cuento se terminó...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario